Me cansé de arrastrar mis principios por el barro para que el resto pudiera estar a gusto.
Lo siento, se acabó. No soy Groucho Marx, y si no gustan mis principios, no tengo otros, y ya estuvo bueno de odiarme a mí mismo por morderme la lengua y tener que mantener un comportamiento que ODIO.
Odio por encima de todo las mentiras, y por ende, las personas falsas me "enervan", por decirlo de forma suave.
Y eso es todo de momento.
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