miércoles, 6 de enero de 2010

Boceto: Prólogo

Penitencia es una idea que se me ocurrió hace medio año, y que por desgracia se ha quedado en ésto por ahora, ya que es una idea demasiado grande, y requiere tener muchos cabos bien atados, y para eso hace falta dedicarle mucho tiempo, tiempo con ganas de dedicarlo a pensar en ésta idea, pero por ahora no lo tengo. Así pues, y como ya dice la entrada previamente, dejo el boceto del prólogo, y mañana pondré el del comienzo de un capítulo.

Prólogo

Ayer vino a visitarme Inspiración, tras alejarse de mí durante largos años. Se marchó igual que llegó, con tanta prisa que levantaba un poco la brisa, pero tras de sí dejó como regalo un presente: La promesa de volver al día siguiente.

Impaciente, sin poder conciliar el sueño ni contener la exaltación, estuve esperando su llegada, acompañado del tic-tac del reloj, y el crepitar del fuego en la chimenea. Mas el Destino quiso jugar conmigo, y envió a Morfeo, que acompañado de la oscuridad y el cansancio, me atrapó con sus brazos, dejándome dormido.

A la mañana siguiente pude encontrar un sobre en el rellano, en cuyo interior había una nota, escrita con una caligrafía preciosista, que así rezaba:


Mi querido escritor, siento no poder disfrutar hoy de su compañía, pero otros deberes más urgentes me llaman y no hallo la forma de poder atrasarlos más.

Sé que lleváis tiempo queriendo verme, pero últimamente no habéis hecho nada para merecerlo. Si tanto deseáis mi visita, os pido que dediquéis ésta noche a escribir la mejor historia que jamás hayáis escrito.

Tened fe de que, si por la mañana no está terminada, no volveréis a verme nunca.

Fdo: Srta. I.

PD: "Penitencia"


Y, con el miedo de no volver a sentir su hechizo, empecé a escribir una historia que se iba tejiendo en mi cabeza, cada vez más y más extensa y compleja...


A la mañana siguiente se encontró en su casa, el cadáver de un afamado escritor, habiendo culminado la que más tarde sería conocida como su obra maestra.

Ese mismo día, y tras el funeral, encontrándose el muerto ya en su tumba, apareció una mujer que nadie había visto jamás, llevando en la mano una hoja con una palabra escrita. La dobló, y la volvió a doblar, hasta que se convirtió en una flor de papel, y la dejó sobre la tumba.

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