viernes, 10 de septiembre de 2010

Adiós

Estoy harto ya, ya no puedo aguantarlo más, porque ya no me queda nada con lo que escapar de la realidad.

Que gente a la que veré durante un tiempo y no volveré a saber nada más de ellos me tomen por imbécil y se rían de mí, pasaba.

Que en mi casa me repitan constantemente que nunca valdré para nada, también pasaba.

Que hasta mi novia me desprecie continuamente, prefiriendo jugar al WoW antes que hablar conmigo, aún sabiendo que estoy mal, llegando a quitarme la admisión y hacerse una nueva cuenta para que no la moleste, y que no quiera verme nunca...

Me he ido aferrando, no de un clavo ardiendo, no, más bien de una bola de pinchos, y ahora no me queda nada.

No puedo soportarlo más, no me quedan mejillas de repuesto, ni nada bueno por lo que sobreponerme a los baches.

Yo me moriré, y la noche
triste, serena y callada,
dormirá el mundo a los rayos
de su luna solitaria.
Mi cuerpo estará amarillo,
y por la abierta ventana
entrará una brisa fresca
preguntando por mi alma.
No sé si habrá quien solloce
cerca de mi negra caja,
o quien me dé un largo beso
entre caricias y lágrimas.
Pero habrá estrellas y flores
y suspiros y fragancias,
y amor en las avenidas
a la sombra de las ramas.
Y sonará ese piano
como en esta noche plácida,
y no tendrá quien lo escuche
sollozando en la ventana.


Espero que cuando me vaya, nadie me busque, ni me eche de menos.


Adiós.

No hay comentarios: